Dra. Altagracia Paez, Pediátrica Nutricionista.
Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la lactancia materna debe ser dada de manera exclusiva hasta los 6 meses y conjuntamente con alimentación complementaria hasta los 2 años o más si así la madre lo desea.
Existen en la producción de la leche humana diferentes etapas o periodos entre los cuales están:
Calostro: es la primera leche que producen las glándulas mamarias cuando se inicia la lactancia materna. Es suficiente y llena el estómago del bebé; es de color amarrillo y muy concentrado, rico en sustancias que ayudan al bebé para defenderse en los primeros días de cualquier tipo de infección.
Leche de transición: es la leche que se produce entre el quinto y décimo día después del parto, tiene mayor contenido de grasa, lactosa y vitaminas, adecuándose a las necesidades del bebé.
Leche madura: es la leche que se produce alrededor del décimo día post parto y es la que se producirá por el resto del tiempo durante el periodo de lactancia materna. Le aporta al bebé todas las sustancias nutritivas y calóricas que él necesita.
Los principales componentes de la leche son 88% agua luego están las proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales y vitaminas, además de elementos bioactivos, hormonas y enzimas. En cuanto a las proteínas de la leche materna o humana, el 30% es caseína y 70 % es proteína del suero compuesta básicamente por alfalacctoalbumina, betalactoglobulina, inmunoglobulinas, lactoferrina, lisozima.
El principal hidrato de carbono de la leche es la lactosa (está compuesta por glucosa y galactosa), provee el 40% de la energía, pero además otras funciones fundamentales para el desarrollo del sistema nervioso, para la absorción de minerales.
En cuanto a la grasa, es el componente más variable de la leche materna. Al principio de la toma la leche es ligera y al final se vuelve cremosa, pues es de 4 a 5 veces más concentrada que la primera. Este cambio le permite al bebé saciar primero la sed y luego el apetito.
La concentración de vitaminas en la leche humana es la adecuada para el niño, aunque puede variar según la ingesta de la madre.
En cuanto a los minerales, la concentración de la mayoría de estos en la leche humana como son el calcio, hierro, fósforo, magnesio, zinc, potasio y flúor no es afectada significativamente por la dieta materna.
Publicado en el Periódico Hoy.