Publicado en: Hoy Digital
Autora: Dra. Ivette C. Reynoso, Médico rehabilitador, Gerencia de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital General de la Plaza de la Salud.
Hoy en día vemos en nuestra consulta diaria casos de niños con este tipo de marcha, lo cual es de gran preocupación para los padres por no saber la causa y qué le puede ocasionar esto en el futuro a su niño.
La marcha de puntas es la forma de caminar que puede presentar un niño pequeño durante sus primeros años, en la que literalmente lo vemos caminar con la punta de los pies o con los dedos, casi en todo momento, particularmente cuando trata de correr. Esta característica es relativamente común y puede ser considerada normal hasta los tres años de edad.
La mayoría de los niños comienza a caminar entre los doce y quince meses de edad, y con apoyo del talón, a alrededor de los 18 meses. En las primeras etapas de la marcha, los niños suelen poner los pies en diferentes posiciones para caminar.
Al hecho de caminar sobre las puntas de los pies sin contacto entre los talones y el suelo, se le denomina “deambulación en puntillas”. Esta actitud es frecuente, sobre todo en los primeros meses del aprendizaje de la marcha o en los seis meses después del inicio de la marcha. Un 7 – 24 % de la población infantil presenta la marcha de puntillas sin asociación con problemas neurológicos, sobre todo en varones (68 %).
Con el crecimiento, la mayoría adopta un patrón de marcha normal.
¿Qué lo causa? La deambulación en puntilla se puede deber a muchas causas.
La más frecuente es la “marcha de puntillas idiopática o “idiopatic walking toe”, que describe a los niños que andan sobre las puntas de los pies sin causa o patología conocida, aunque se ha demostrado una flexibilidad reducida en la articulación del tobillo.
Parece haber un componente hereditario con antecedentes en algún familiar de hasta un 32-34 %. Se trata de niños por lo demás sanos y con un desarrollo normal. Siempre se produce de modo simétrico, en los dos pies.
Pero también se puede deber a otras causas, algunas de ellas graves, como la lesión de ligamentos (acortamiento del tendón de Aquiles), problemas musculares, patologías de la columna, causas neurológicas (parálisis cerebral, autismo, etc.)
En la historia clínica se recoge:
-Antecedentes familiares de marcha de puntillas idiopática en padres, tíos, hermanos o primos. Hay una relación entre la marcha de puntillas idiopática y variados factores de riesgo.
-Riesgo biológico, neurológico y sensorial, visual o auditivo.
-Peso al nacimiento, bajo o muy bajo peso, prematuridad, características del parto y posibles complicaciones.
-Edad de control vesical, diurno, nocturno y anal; de inicio del gateo, la marcha.
-Gateo o reptación en algún momento de su desarrollo y la forma de hacerlo.
-Uso de andador o cualquier dispositivo para favorecer la marcha durante las primeras etapas de la misma.
-Torpeza, percepción de los padres de caídas frecuentes o apariencia torpe y descoordinada con respecto a los niños de su edad.
Otros trastornos del desarrollo, como TGD (trastorno generalizado del desarrollo) o TEA (trastorno de espectro autista) pueden afectar al desarrollo de la marcha.