Dr. Fernando Rondón Rubini
Pediatra Cardiólogo del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
El síncope es un síntoma, se define como la pérdida súbita, completa y transitoria, de la conciencia y del tono postural de corta duración, que se resuelve espontánea y completamente sin intervención. Se produce por reducción transitoria del flujo sanguíneo cerebral.
Es un problema muy frecuente en la infancia. Se estima que el 15-25% de los niños y adolescentes experimentarán un episodio antes de llegar a la vida adulta. Son responsables de 1-3 de cada 1.000 visitas a los servicios de urgencias pediátricas, pese a que se ha estimado que sólo una mínima parte de los pacientes pediátricos que tienen un síncope solicitan atención médica.
Puede existir un periodo premonitorio, en el que varios síntomas (sensación de mareo, debilidad, sudoración, náuseas y alteraciones visuales) pueden alertar al paciente sobre la inminencia del episodio sincopal.
Generalmente, al recuperarse del síncope el paciente recobra de forma inmediata la orientación, pudiendo reanudar su actividad normal. A veces, sin embargo, tras la recuperación puede aparecer sensación de cansancio. Es frecuente que se produzca amnesia retrógrada con respecto al episodio sincopal.
El síncope no es una enfermedad, es un síntoma, cuando su hijo sufra un síncope no se desespere, colóquelo en una posición cómoda y se recuperará solo en menos de 5 minutos.
En la mayoría de los casos no hay una enfermedad subyacente, pero siempre debe de descartarse otras enfermedades que dan los mismos síntomas.
El aumento en el consumo de agua es el mejor tratamiento.
las situaciones de estrés emocional son las principales y la hipotensión ortostática son las principales causas de sincope.
¿Cómo puedo saber que es un síncope?
No existe ninguna prueba específica para sincope. El diagnóstico se realiza por la historia clínica y la ausencia de pruebas positivas para otras enfermedades que asemejan los mismos síntomas, como la epilepsia, convulsiones, cardiopatías, arritmias cardiacas, etc. Por eso siempre debemos hacer una buena historia clínica con un buen examen físico y realizar una evaluación por un cardiólogo pediatra y un neurólogo pediatra.
Preguntas frecuentes
- ¿Por qué le paso esto a mi hijo?
En la mayoría de los casos se produce por una disminución de la presión arterial producto de una perdida transitoria de la regulación de la tensión arterial. En otras ocasiones puede ser por disminución transitoria de los niveles de glicemia en la sangre. En estos días se puede producir por hipotensión debida a deshidratación por calor extremo o poco consumo de agua. Y en la mayoría de los casos puede ser por reacción inadecuada a estímulos emocionales (noticias funestas, problemas familiares, náuseas, olores desagradables, etc.)
- ¿Cómo afecta la salud de mis hijos?
El síncope es un síntoma y por la tanto no va a producir ningún daño a la salud del paciente.
¿Esto le va a repetir?
Es muy probable que lo pueda volver a presentar, pero lo que tiene que tener por seguro es que no le va a causar ningún daño, ni va a dejar ninguna secuela neurológica, o a producir una enfermedad limitante.
- ¿Hay algún tratamiento?
Como no es una enfermedad, no existe un tratamiento específico, pero hay recomendaciones en el estilo de vida que pueden ayudar a que no se presenten nuevos episodios de sincope o que los episodios se presenten de una manera leve. Dentro de las recomendaciones la más importante es aumentar el consumo de líquidos (agua), lo que en la mayoría de los casos es suficiente. No saltarse las comidas para evitar hipoglicemia. Evitar los sitios calurosos para evitar deshidratarse por no consumir líquidos suficientes. Y evitar situaciones emocionales estresantes.
Glosario
Mareos: el mareo es un término que a menudo se utiliza para describir dos síntomas diferentes: sensación de mareo y vértigo. El mareo es la sensación de que podría desmayarse. Vértigo es una sensación de que usted está girando o moviéndose, o de que el mundo está girando en torno a usted
Debilidad: pérdida de la fuerza muscular
Palidez: pérdida inusual de brillo en la tez visible de la piel, las uñas, el revestimiento de los ojos y la boca.
Nauseas: sensación que indica la proximidad del vómito y esfuerzos que acompañan a la necesidad de vomitar.
Perdida del Conocimiento: la pérdida de conocimiento se produce cuando la sangre no llega al cerebro, lo que se traduce en una pérdida de la percepción de uno mismo y de todo lo que le rodea.
Palpitaciones: la anomalía percibida de los latidos del corazón caracterizada por latidos fuertes, rápidos o irregulares.
Taquicardia: es una alteración del ritmo cardíaco que genera un aumento en los latidos del corazón cuando éste se encuentra en reposo, lo que provoca que el corazón no pueda bombear de forma correcta la sangre y no lleve el oxígeno necesario al resto del cuerpo.
Visión Borrosa: pérdida de la agudeza visual, lo que hace que los objetos aparezcan fuera de foco y con opacidad.
Sudoración: es la liberación de un líquido salado por parte de las glándulas sudoríparas del cuerpo.