Dr. Elpidio Peña Arroyo, Cardiólogo-ecocardiografista. Departamento de Cardiología del HGPS.
Las enfermedades cardiovasculares se han constituido en la actualidad en una verdadera epidemia, por lo que debemos de tomar medidas que nos protejan del desarrollo de las mismas.
No es posible que modifiquemos factores de riesgo como la edad, raza, sexo y herencia; pero sí podemos actuar sobre los factores modificables.
Desde la juventud debemos visitar al médico para conocer nuestro riesgo cardiovascular, porque estas enfermedades están apareciendo cada vez a más temprana edad.
Hipertensión: Actualmente se considera elevada la tensión artterial (TA) cuando está por encima de 130/80mmHg, pero no requiere de inicio tratamiento con medicamentos, dando oportunidad a que se logre controlar con algunas medidas no farmacológicas.
El consumo de sal es actualmente de 9-12 gr/d. Se aconseja un nivel menor a 5 gr/d, o mejor aún, de 3-4 gr/d. Esa es una de las principales medidas para el control de la TA.
La dieta DASH fue diseñada para lograr un mejor control de la presión, pero también puede ser útil para reducción de peso. Es baja en sal, basada en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas, carnes magras, aves, frijoles, alimentos de soya, legumbres, huevos; pescado, nueces y semillas. Grasas saludables para el corazón, como aceite de oliva y canola o aguacate.
Se debe medir la TA anualmente y más frecuente en caso de hipertensión.
Alimentación cardiosaludable.
Los alimentos ultra procesados aportan pocos nutrientes y contienen compuestos artificiales introducidos para darle un mejor sabor. Entre estos tenemos los refrescos, las hamburguesas, ‘nuggets’, sopas instantáneas, pan y galletas hechas con bromuro de potasio, embutidos, platos precocinados o picaderas envasadas. Tienen un alto nivel de sal, azúcares y grasas saturadas. Las carnes rojas, lácteos enteros y frituras son ricos en grasas saturadas y grasas trans, que aumentan el colesterol y triglicéridos.
Las papas fritas producen ateroesclerosis porque el aceite calentado sufre un proceso de hidrogenación, que convierte un aceite saludable en grasa saturada, comparable a las grasas trans. No las consuma más de una vez a la semana.
Entre los alimentos saludables tenemos frutas (mejor que los jugos), vegetales, legumbres, granos enteros, proteínas magras. Son ricos en probióticos y prebióticos, que son bacterias buenas y las fibras de las que se alimentan. Estos cuidan el sistema inmunológico, digestivo y cardiovascular. Los alimentos picantes por su contenido de capsaicina, favorecen la salud cardiovascular, pero se recomienda su consumo solo 1 vez a la semana.
Las grasas insaturadas son grasas saludables. Se pueden encontrar en ciertos aceites vegetales, como el de oliva; deben usarse crudos, para aderezar los alimentos. Estas grasas también están presentes en los frutos secos y el pescado. Se recomienda consumir pescado 2-3 veces a la semana y legumbres al menos 3 veces; también cereales integrales y carne de pollo.
La dieta mediterránea es muy recomendable. Constituye un estilo de vida porque incluye, además, compartir la comida con amigos y familiares, consumir vino con las comidas y hacer ejercicio físico.
Se basa en reducir las carnes, dulces, huevos y carbohidratos, aumentando los vegetales, pescados, mariscos y el uso de aceite de oliva. Productos lácteos, como yogur y quesos, pero no mantequilla.