Publicado en: Hoy Digital
Autor: Dr. Alan Díaz Lerebours, Endodoncista. Gerencia de Odontología del Hospital General de la Plaza de la Salud.
Esta es la etapa más importante del tratamiento porque en ella vamos a determinar el futuro de la pieza dentaria. Para ello, se llevan a cabo una serie de pruebas que ayudarán a establecer cuál es el estado del nervio.
La primera prueba necesaria es un estudio radiográfico que permite ver el estado del diente en toda su extensión. Sin una radiografía, el operador no será capaz de observar el interior del diente y, por ende, no podrá saber cuál es la extensión de la caries o de la fractura, si esta toca al nervio y si ha afectado al nervio y/o a la raíz.
En la actualidad contamos con radiografías digitales que nos permiten un diagnóstico más preciso, la imagen aparece rápidamente en la pantalla del computador, o sea que el paciente no tiene que esperar que el clínico vaya a revelar la radiografías y así se le practica el procedimiento mucho más rápido.
Si la afección del nervio no es del todo clara en la radiografía, entonces se procede a valorar la vitalidad del diente. La reacción anormal a los cambios térmicos (frío o calor), servirá para determinar si la afección del diente requiere ser tratada mediante un tratamiento de conductos o si pueden aplicarse técnicas más conservadoras, que permitan mantener la vitalidad del nervio afectado.